Dentro de las actividades organizadas en torno al Pacto contra la Violencia de Género, este sábado traemos al salón de plenos del ayuntamiento el documental «La radio de la Jungla», dirigido por la alemana Susane Jäger. Contaremos con la presencia de Jamileth Chavarría, su protagonista. En el corazón de la Nicaragua rural, Jamileth fundó la emisora de radio “Palabra de Mujer”, para luchar contra la violencia doméstica en su región. Una falsa “bruja habladora” sale diariamente por antena para denunciar de forma coloquial a los hombres que abusan de sus mujeres e hijos. Su programa, «La bruja mensajera», era el más escuchado de toda la programación. Este documental fue reconocido en 2010 como mejor documental en el Festival de cine de documental etnográfico Espiello.

Jamileth recibió amenazas de muerte, y finalmente tuvo que abandonar Nicaragua para instalarse en un país extranjero. Luchadora como es, Jamileth ha seguido trabajando en Madrid desde las Brujas Migrantes y sus letanías, y como mujer empleada doméstica que es. Su sueño es ahorrar el dinero suficiente para volver a su país e instalar en su pueblo una emisora de radio dotada de todos los medios técnicos modernos.

«La bruja mensajera es una señora de 86 años que vive en un cerro lejano, y que cada día vuela en su escoba hasta la emisora de radio para ver a través de su bola de cristal la vida de los campesinos, reprenderles en el caso de que se hayan comportado mal, y aconsejarles siempre. Lo ve absolutamente todo, lo que ocurre en las casas, en las calles o en los campos, y es muy estricta, sobre todo cuando observa que un hombre pega a una mujer, algo muy habitual en la machista Nicaragua. Entonces alza la voz, sin rencores ni odios, y reprocha al maltratador sus acciones afeándole su actitud.. Y a las mujeres les recomienda que salgan de ese círculo vicioso y busquen la compañía de las feministas de la Casa de la Mujer.

En esta zona de Nicaragua, y también en el resto del país, el uso de la violencia por parte de los hombres para intentar solucionar sus diferencias es muy habitual. La violencia contra la mujer también forma parte de la vida cotidiana. Diariamente los medios de comunicación publican noticias de mujeres golpeadas, violadas y asesinadas por hombres. Y eso hace que a las mujeres les cueste mucho más decidirse a salir de sus casas, porque puede llegar a costarles la vida.

Pero en Bocana de Paiwas las mujeres intentaron hacer algo para salir de esa espiral de violencia. Para un hombre maltratador el mayor castigo era que lo señalasen en la calle y que lo mirasen de mala manera, por eso temían a la Bruja Mensajera. Y cuando las mujeres se dieron cuenta que a través del humor podían educar, decidieron que “La Bruja Mensajera” era una buena alternativa para incidir en su pueblo y perdieron el miedo. La Bruja Mensajera se convirtió, a partir de entonces, en la principal aliada de las mujeres maltratadas. Con nombres y apellidos empezaron a llegar las cartas a la emisora contándole a la bruja sus historias de sufrimientos para que al día siguiente ella “adivinara” lo que pasaba en sus casas. Era su manera de romper el silencio, y la Bruja era su voz. Tanta valentía y dedicación le pasaron factura a Jamileth. Recibió amenazas de muerte, y finalmente tuvo que abandonar Nicaragua para instalarse en un país extranjero».